La contaminación ambiental, el ruido y la
vida agitada de las ciudades obliga a que cada vez más humanos se acerquen a la
naturaleza, en busca del añorado descanso y de aire puro, en lo que se ha dado
en llamar Turismo de Naturaleza.
En Las Tunas existen áreas y senderos
registrados para promover el ecoturismo. Pero más recientemente esta modalidad
se combina con la de turismo rural o agroturismo que conduce a los
vacacionistas por áreas campestres y les permite entrar en contacto con la vida
cotidiana del campesino, sus costumbres y tradiciones.
El alto potencial de recursos naturales y
las atracciones novedosas dan un toque de autenticidad al entorno natural del
territorio, donde en cualquier paraje puede desarrollarse la observación de
avifauna, el senderismo y, en otros, el turismo de aventura.
Estas particularidades han abierto
oportunidades para diversificar el mercado y, además de consolidar a Canadá
como principal país emisor, se han unido Francia, Gran Bretaña, Alemania y
Estados Unidos.
La diversidad de paisajes vírgenes
existentes en Cuba constituye hoy un atractivo para los casi tres millones de
vacacionistas foráneos que nos visitan cada año. El Valle de Viñales, en Pinar
del Río, declarado por la UNESCO Paisaje Cultural; la Reserva de la Biosfera de
la Ciénaga de Zapata, en Matanzas, sobresalen entre las ofertas para los
turistas, aunque no son las únicas.
Sin embargo, esta manera de hacer la estancia en Cuba requiere, como
otras, la capacitación del personal en contacto con los visitantes foráneos. Para
que de esa manera se pueda sugerir espacios para la relajación, la
contemplación. Pues, la escasa cultura ambiental puede menguar la orientación
de lo que pudiera ser una atracción turística. O, quizás debamos aprender más
cada uno de los habitantes de este archipiélago acerca de sus valores naturales
que, unidos a la seguridad ciudadana y la idiosincrasia local, constituyen nuestros
tesoros intangibles.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario