Le comento a una amiga emigrada en España que acabo de
ver dos películas infantiles excelentes. Mis hijas casi me obligaron –felizmente
para mí-. Le sugiero que busque Cigüeñas (Warner Bros.2016) y Trolls (DreamWorks 2016) para su hijo de 10 años y fue
veloz a descargarlas. Pero debía pagar. En internet no aparecen gratis. Los precios todavía altos. Mi amiga desistió por el
momento, porque las vacaciones en cualquier lugar del mundo parecen demandar
entretenimientos más económicos. Por ejemplo, descubrir los lugares interesantes
y cercanos a su nuevo hogar.
Cigüeñas (Storks) generó polémica en las redes sociales durante su estreno, entre otros temas porque en rápidas secuencias casi al final, sugiere la existencia de familias más allá de la estructura convencial de un hombre y una mujer, y el derecho de cualquer pareja a adoptar un hijo.
Yo me sentí un poco culpable pero también favorecida por la
piratería. Quizás deba aclarar que estas películas, como casi todas las que veo
llegan por el sistema de distribución en Cuba, alias el Paquete. A estas
alturas de “su vida”, casi todos los millones de consumidores cubanos, dejamos
a un lado el factor ético y celebramos la existencia de las memorias flash para
poder disfrutar de los audiovisuales apenas arrancan en los circuitos mundiales
de estreno.
Fast and Furious 8, rodado el año pasado con La Habana de fondo en buena parte de las
escenas, llegó a los cines establecidos para su distribución la semana pasada y ya nosotros la tenemos en casa. No soy
seguidora de este tipo de films, pero después que su rodaje se convirtió en un
suceso mediático y generó tanta polémica en estos lares, pasaré por el
sacrificio de verla al menos para no estar detrás del palo.
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