Podría apostar que la muchacha no habla de otra cosa en la escuela. La ilusión del momento por llegar ocupa cualquier pensamiento, incluido los que podría dedicarles a las materias del grado escolar que cursa. Soñar con la fiesta y hacer, junto a la madre, la lista de los invitados es suficiente ocupación.
En casa, desde hace meses, la familia ha reservado el salón donde bailarán las parejas y alquilado los trajes, a la usanza de cuentos de hadas, de cada uno de los 30 integrantes de la coreografía. Los padres de seguro desde el mismo momento en que nació su hija han ahorrado cada centavo para hacer una fiesta "que suene", para que "todos sepan que ella sí tuvo 15". No importa qué venga después.
La llegada a esta edad siempre se ha visto como oportunidad de ganar una especie de pasaporte a la adultez, el cual no solo significa poder afeitar axilas, piernas y cejas o modificar el cabello de las muchachas, sino también obtener permisos de salidas, tener novios y más libertades, según los conceptos de cada familia. Sí coinciden muchas personas en ver esta etapa como “algo bonito” y “una despedida a la niñez”.
Tal aura cuasi romántica ha visto entre nosotros evidentes transformaciones en los últimos años, con el resurgir del baile del vals, las 15 parejas, la lentejuela, el alquiler de grandes locales públicos... Tengo una amiga convencida de que aunque esta tradición da colorido a la fiesta, con el tiempo una se da cuenta de que lo más útil son las fotos para el recuerdo y comprar lo que haga falta.
Nada de esto tiene que ver con la expresión de "fulana no tuvo 15", esta significa que alguien nació sin ningún atributo físico con méritos para dejar en una foto. Pronto subiré una de las mías.
En casa, desde hace meses, la familia ha reservado el salón donde bailarán las parejas y alquilado los trajes, a la usanza de cuentos de hadas, de cada uno de los 30 integrantes de la coreografía. Los padres de seguro desde el mismo momento en que nació su hija han ahorrado cada centavo para hacer una fiesta "que suene", para que "todos sepan que ella sí tuvo 15". No importa qué venga después.
La llegada a esta edad siempre se ha visto como oportunidad de ganar una especie de pasaporte a la adultez, el cual no solo significa poder afeitar axilas, piernas y cejas o modificar el cabello de las muchachas, sino también obtener permisos de salidas, tener novios y más libertades, según los conceptos de cada familia. Sí coinciden muchas personas en ver esta etapa como “algo bonito” y “una despedida a la niñez”.
Tal aura cuasi romántica ha visto entre nosotros evidentes transformaciones en los últimos años, con el resurgir del baile del vals, las 15 parejas, la lentejuela, el alquiler de grandes locales públicos... Tengo una amiga convencida de que aunque esta tradición da colorido a la fiesta, con el tiempo una se da cuenta de que lo más útil son las fotos para el recuerdo y comprar lo que haga falta.
Nada de esto tiene que ver con la expresión de "fulana no tuvo 15", esta significa que alguien nació sin ningún atributo físico con méritos para dejar en una foto. Pronto subiré una de las mías.
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