Un paseo por mi pueblo natal y sus diversas opciones veraniegas... Siempre un gusto llevar a mis hijas y compartir en familia.
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miércoles, 15 de julio de 2015
viernes, 12 de junio de 2015
Fin de curso y música a contra luz en la EVA
Los exámenes de ingreso a la Educación Superior dieron la arrancada de los días que se avecinaban y que marcan el fin del curso escolar. Presentaciones de trabajos prácticos en Primaria o de las tesis de pregrado en la Universidad, pruebas finales o conciertos en la Enseñanza Artística, cambio de la pañoleta azul por la roja al cerrar el tercer grado, la sociedad cubana no puede permanecer impasible por estas jornadas de conclusión del calendario 2014-2015.
Mi hija pequeña, Beatriz, finalizó su primer año del Nivel Elemental en la Escuela Vocacional de Arte El Cucalambé donde ha obtenido excelentes notas, tanto en violín, solfeo como la escolaridad. Sofía, mientras aprende a tocar guitarra, va cerrando su quinto grado en el seminternado Toma de Las Tunas. Son días de ajetreo para todos, la familia no deja solos a sus pequeños en un acompañamiento que debe ser permanente.
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martes, 21 de abril de 2015
Regresar a casa
Pasar vacaciones en familia es una suerte de terapia, no importa si una semana o un mes, lo que vale es la compañía, el ambiente afable de nuestros seres queridos. Regresar a la casa de la infancia, para quienes no residimos en el mismo territorio que los padres, siempre es gratificante porque nos devuelve ese espíritu de paz, de desconexión (máxime si esa vuelta es al campo) alejada de la prisa y los ruidos citadinos.
La semana de receso docente me permitió llevar a mis hijas a Pilón, mi tierra natal. Pasamos unos días "restauradores" para recomenzar los deberes escolares y laborales. Correr, montar bicicletas en espacios abiertos, subirse a las matas serán con seguridad momentos memorables de su infancia que relacionarán también con los abuelos, primos y amigos que ven solo en las vacaciones. La playa es sitio obligado en este paraje costero, entre la Sierra Maestra y el Mar Caribe.
La semana de receso docente me permitió llevar a mis hijas a Pilón, mi tierra natal. Pasamos unos días "restauradores" para recomenzar los deberes escolares y laborales. Correr, montar bicicletas en espacios abiertos, subirse a las matas serán con seguridad momentos memorables de su infancia que relacionarán también con los abuelos, primos y amigos que ven solo en las vacaciones. La playa es sitio obligado en este paraje costero, entre la Sierra Maestra y el Mar Caribe.
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lunes, 5 de enero de 2015
martes, 16 de diciembre de 2014
Un día para recordar en Bayamo
Caminar por las calles de Bayamo es un viaje a la historia. Quizás suene a cliché, pero así lo sentimos mis hijas y yo, en una experiencia que todo cubano debía experimentar. El Museo Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes, el monumento a Perucho Figueredo, donde se entonó por primera vez nuestro Himno Nacional y la zona más antigua (recuérdese que aquel devastador incendio de 1869 que leemos en los libros escolares, dejó pocos vestigios de la villa). Esa parte de nuestra historia Patria coexiste en armonía con la modernidad, representada en un bulevar donde se ofertan diversos y atractivos servicios.










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martes, 20 de mayo de 2014
Nostalgia más allá de una escuela
Hoy vi en la revista informativa Buenos Días, de la Televisión Cubana, un reportaje de Abdiel Bermúdez Bdez sobre el reencuentro de egresados de 1984, de la Vocacional José Martí, de Holguín. Con la sensibilidad que le conocemos, mi amigo y colega logró captar la esencia de los años inolvidables de esos ex alumnos de varias provincias.
Quienes cursamos estudios allí seguimos unidos por un cordón invisible de disciplina, preparación integral, recuerdos que jamás olvidamos. Soy egresada de 1988 y ya en ese momento, por ejemplo, a Rogelio Polanco Fuentes (también del 84, hoy embajador de Cuba en Venezuela) le precedía su notoriedad de excelente estudiante.
Mi etapa es la de inicio de las pruebas de ingreso y el cambio de Vocacional a IPVCE, la de todavía años de bonanza en la economía que palpamos en la mesa y en los materiales con que contábamos. Es la de una generación de muñequitos rusos y la conocida música "ochentera" de A-Ha y Somos el Mundo; del Mundial de Fútbol de México y Maradona dominando a los ingleses....
La nostalgia por la Vocacional de Holguín va más allá de extrañar a los amigos de Secundaria y Pre, porque pasábamos juntos 6 años de nuestras vidas y lo compartíamos todo; es la de una época anterior a la crisis del Período Especial, la de soñar en grande en Cuba ( la matrícula de más de 2 mil adolescentes, como la Lenin, en La Habana, es un ejemplo), es la de una enseñanza inigualable; es la memoria de una generación marcada por los proyectos, por un futuro que seguimos tratando de alcanzar.

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sábado, 20 de marzo de 2010
Una entrada diferente
Después de escribir sobre el tema de la lectura y las preferencias literarias de mis hijas, intercambié algunos mensajes con Alexis Díaz-Pimienta, escritor, repentista, cultivador y promotor de la música campesina en Cuba. Sus libros infantiles de Chamaquili, que ya vio su quinto título, son los favoritos de mis niñas. El autor estuvo en Las Tunas y no pude encontrarme con él, tal como me propuso y yo esperaba. Será para la próxima... eso espero. Pero, mis hijas sí lo conocieron y llevadas por su papá, pasaron un rato muy agradable con Alexis. Así lo cuenta su papá en el blog Cuba Juan.
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miércoles, 23 de diciembre de 2009
FELICES FIESTAS

Feliz Navidad! para todos mis amigos y amigas, visitantes ocasionales, colegas bloggers, lectores por azar. Mucha prosperidad y salud para el Nuevo Año, y si es posible dinero y amor. Pero, sobre todo, optimismo y sonrisas para encarar lo que llegue.
Espero para el 2010 mantener mi blog -entre otras cosas-, porque no solo me da el espacio para escribir algunas opiniones aunque pocas veces con la frecuencia que deseo, ideas de la vida cotidiana en Cuba, sino porque me ha permitido estrechar la amistad con Marilú (http://cubafamilia.blogspot.com), acercar la comunicación con viejos amigos (pero jóvenes) como Carlos Pérez, Yelanis Hernández, Yolanda Molina y Helena Bicova.
A El sitio de Iris le debo haber encontrado y contar con la amistad de Pepa (www.lopoquitoquese.blogspot.com); Jorge, desde Sao Paulo (quien se abrirá un blog), y mi estimadísima Lola (http://boheme.zruspas.org). Muchas gracias por pasar por aquí y dejarme las excelentes ideas que enriquecen sobremanera lo que escribo. Me gustaría tenerlos otra vez cuando amanezca el 2010, al final para nosotros los simples mortales que no diseñamos estrategias macroeconómicas, ni disponemos de la vida ajena (por suerte), es solo un día tras otro para quienes la amistad es la mayor riqueza. Un beso.
Espero para el 2010 mantener mi blog -entre otras cosas-, porque no solo me da el espacio para escribir algunas opiniones aunque pocas veces con la frecuencia que deseo, ideas de la vida cotidiana en Cuba, sino porque me ha permitido estrechar la amistad con Marilú (http://cubafamilia.blogspot.com), acercar la comunicación con viejos amigos (pero jóvenes) como Carlos Pérez, Yelanis Hernández, Yolanda Molina y Helena Bicova.
A El sitio de Iris le debo haber encontrado y contar con la amistad de Pepa (www.lopoquitoquese.blogspot.com); Jorge, desde Sao Paulo (quien se abrirá un blog), y mi estimadísima Lola (http://boheme.zruspas.org). Muchas gracias por pasar por aquí y dejarme las excelentes ideas que enriquecen sobremanera lo que escribo. Me gustaría tenerlos otra vez cuando amanezca el 2010, al final para nosotros los simples mortales que no diseñamos estrategias macroeconómicas, ni disponemos de la vida ajena (por suerte), es solo un día tras otro para quienes la amistad es la mayor riqueza. Un beso.
sábado, 5 de diciembre de 2009
Morir de nostalgia

Hoy me ha dado por "presentarles" los muñequitos rusos a mis hijas. He encontrado algunos en internet (dónde si no?). Primero vieron los animados de Los cosacos, si fueron de mis favoritos no me acuerdo, pero ahora son los que con más nostalgia evoco de mi niñez. En esa época -mi infancia fue entre la década del 70 y el 80- para nosotros algunos eran casi un castigo. Y por aquella época se hizo célebre una anécdota de un comediante que "amenazó" a su nieto con ponerlo a ver estos dibujos si no se comía "la papa".
El balance geográfico de la oferta infantil en la TV llegaba por las series cubanas de Elpidio Valdés, el personaje mambí emblemático que luchaba contra los españoles. Aunque está vigente, ya no es tan ácido con los ibéricos, ni tan creativo como los primeros. Un poco más cerca de los 90, creo, llegó Hanna y Barbera.
Pero esta fiebre del recuerdo no me ha dado a mí sola. El programa televisivo Lucas, para promover los videos clips, ha tenido como finalista en su concurso anual uno llamado Koniec de música techno y graficado con imágenes de La princesa rana, La hija del Sol, El antílope dorado, La pastora y el deshollinador...
Algo curioso es que en aquella etapa les decíamos Muñequitos rusos y en realidad venían de todo el bloque socialista europeo; además, en todo caso eran soviéticos y decirles "rusos" era casi una blasfemia, pero, bueno, había carne rusa, botas rusas... Entre los muñes más populares estaban Lolek y Bolek, desde Polonia. Alguien que vivió en esos países en igual etapa, me aseguró que por allá veían los mismos personajes.
Pues ahora me ha dado por verlos de nuevo y mis hijas me han dicho con tono indulgente "no los conocemos, pero están bonitos". Yo sé que ellas no dejarían a Disney -con su séquito completo-, ni a Dora y Diego por estos dibujos animados de la infancia de una generación cubana bastante crecidita ya.
Es cierto que morir de nostalgia es una exageración, pero tampoco afecta a nadie volver sobre esos recuerdos, que hasta en las más difíciles circunstancias los humanos solemos edulcorar.
El balance geográfico de la oferta infantil en la TV llegaba por las series cubanas de Elpidio Valdés, el personaje mambí emblemático que luchaba contra los españoles. Aunque está vigente, ya no es tan ácido con los ibéricos, ni tan creativo como los primeros. Un poco más cerca de los 90, creo, llegó Hanna y Barbera.
Pero esta fiebre del recuerdo no me ha dado a mí sola. El programa televisivo Lucas, para promover los videos clips, ha tenido como finalista en su concurso anual uno llamado Koniec de música techno y graficado con imágenes de La princesa rana, La hija del Sol, El antílope dorado, La pastora y el deshollinador...
Algo curioso es que en aquella etapa les decíamos Muñequitos rusos y en realidad venían de todo el bloque socialista europeo; además, en todo caso eran soviéticos y decirles "rusos" era casi una blasfemia, pero, bueno, había carne rusa, botas rusas... Entre los muñes más populares estaban Lolek y Bolek, desde Polonia. Alguien que vivió en esos países en igual etapa, me aseguró que por allá veían los mismos personajes.
Pues ahora me ha dado por verlos de nuevo y mis hijas me han dicho con tono indulgente "no los conocemos, pero están bonitos". Yo sé que ellas no dejarían a Disney -con su séquito completo-, ni a Dora y Diego por estos dibujos animados de la infancia de una generación cubana bastante crecidita ya.
Es cierto que morir de nostalgia es una exageración, pero tampoco afecta a nadie volver sobre esos recuerdos, que hasta en las más difíciles circunstancias los humanos solemos edulcorar.
viernes, 4 de diciembre de 2009
Refranes y filosofía de vida

Los detractores de esas frases las ven como una manera de resignación, de conformidad cuando algo no se da. Un optimismo a ultranza para no dejarse derrotar por las circunstancias o por los hechos que no dependen de sí mismo. O sea: si no puedes ir a Varadero en el verano quizás era para librarte de una insolación como mínimo, o porque debías guardar ese dinero para algo mayor que se avecinaba como la canastilla para tu próximo hijo.
El problema es que corroborar si encerraban una verdad o no, demora más allá incluso de nuestras vidas. Entonces, ya pa qué. Cómo entender cuando nos sucede algo negativo que nos libramos de algo peor?, o que "por mala que esté la situación siempre puede empeorar". Bueno, esto último francamente asusta.
Cuando viajaba con frecuencia en los años más duros del período especial, comprobé esa historia de que "no por mucho madrugar amanece más temprano". Desde Pilón no salían guaguas casi nunca, se eliminaron las reservaciones de pasajes porque les perdíamos la pista a los ómnibus que llegaban sin previo aviso y casi una vez a la semana. En esa época se implantó la triste moda (porque casi no habían opciones de transporte) de encaramarse en los camiones, lo mismo de cargar caña para los centrales, vacas de un territorio a otro, motores y enormes piezas, cualquier cosa. Entonces para qué sacrificar a Morfeo si de todos modos podía pasar el santo día esperando algo que se moviera sobre cuatro ruedas.
Sobre ese asunto de que "a quien madruga Dios lo ayuda" lo pongo en dudas en algunos oficios determinados por causas ajenas. Digamos los sepultureros pueden pasarse la mañana de brazos cruzados y con mucho ajetreo en la tarde. De qué le serviría madrugar, porque pensándolo bien ese es un trabajo bastante diurno.
En mi niñez y adolescencia mi madre me insistía mucho en lo de "dime con quién andas y te diré quién eres" o "árbol que nace torcido..." (eso era sobre los otros, claro) obviamente el tema era escoger bien a las amistades.
Mi mala memoria incluye las serias deficiencias para recordar la letra de las canciones y, por supuesto, para enumerar los refranes más allá de los que me interesan en lo particular y porque tienen que ver conmigo. Pero, ahora que escribo sobre el tema, me doy cuenta de mi inclinación por estas cápsulas de la sabiduría, extractos encerrados en los proverbios relacionados con "ver el vaso medio lleno", sobre todo cuando es mejor pensar que "Dios aprieta, pero no ahoga".
sábado, 3 de octubre de 2009
Tareas domésticas

Cuando yo era adolescente por allá por los años 80 y jugaba a imaginar el futuro, en Cuba los médicos se encontraban en la cima de la pirámide social y, como yo pensaba que esa sería mi profesión por una vocación que no sé de dónde me había nacido, pues también calculaba cuánto ganaría para no tener que cocinar, sino comer en pizzerías y restaurantes; llevar la ropa a lavar y a planchar (quizás) en las tintorerías. Pensar en alguien para limpiarme la casa y fregar eran ideas pequeñoburguesas que a nadie se le ocurrirían por aquella época en mi país.
En ese momento yo no contaba con que casi a punto de escoger la carrera para decidir mi futuro, se me ocurriera que no tenía vocación sacrificada para hacer guardias y levantarme temprano, como requería la Medicina. Tampoco sabía cuál sería la sustituta, pero me parecía que los carros y el nivel de vida de los médicos eran el premio de tener siempre una buena cara para atender bien a los pacientes (vaya ideal el mío) y que yo no la lucía todo el tiempo; estar dispuesta a permanecer estudiando y hasta a perder el pelo de tanto estrés (esta palabra la conocí mucho después). Recuérdese que estas son cavilaciones de adolescentes.
Mientras yo soñaba a ser una profesional, con sueldo muy holgado, vivir en una ciudad con todos los servicios garantizados, tampoco tenía en cuenta lo que se avecinaba. Nadie podría predecir el período especial de los 90 que sumió a Cuba en la peor de las crisis económicas de su historia revolucionaria. Y, entre las muchas consecuencias de este fenómeno, la pirámide social se invirtió . Hoy, aunque los médicos no estén en el peor escaño, los restantes profesionales tampoco estamos siquiera cerca del nivel de vida que esperábamos en los 80.
Es así que mientras estos recuerdos quedan como "cosas de adolescentes", las profesionales cubanas "aterrizamos" las aspiraciones hacia una lavadora moderna que lave, seque, me avise que terminó y si no le molesta entone alguna cancioncilla (estoy soñando, claro). Ahora, planchar siempre será para mí una tortura y espero por otra persona que la prefiera más que yo. Ah, y aguardar por ese futuro tronchado en la década anterior, mientras las tareas domésticas se negocian y comparten en el hogar.
En ese momento yo no contaba con que casi a punto de escoger la carrera para decidir mi futuro, se me ocurriera que no tenía vocación sacrificada para hacer guardias y levantarme temprano, como requería la Medicina. Tampoco sabía cuál sería la sustituta, pero me parecía que los carros y el nivel de vida de los médicos eran el premio de tener siempre una buena cara para atender bien a los pacientes (vaya ideal el mío) y que yo no la lucía todo el tiempo; estar dispuesta a permanecer estudiando y hasta a perder el pelo de tanto estrés (esta palabra la conocí mucho después). Recuérdese que estas son cavilaciones de adolescentes.

Es así que mientras estos recuerdos quedan como "cosas de adolescentes", las profesionales cubanas "aterrizamos" las aspiraciones hacia una lavadora moderna que lave, seque, me avise que terminó y si no le molesta entone alguna cancioncilla (estoy soñando, claro). Ahora, planchar siempre será para mí una tortura y espero por otra persona que la prefiera más que yo. Ah, y aguardar por ese futuro tronchado en la década anterior, mientras las tareas domésticas se negocian y comparten en el hogar.
martes, 1 de septiembre de 2009
Mi hija Sofía va a la escuela


Todavía casi no me lo creo. Mi niña mayor, mi pequeña Sofía, ha comenzado la escuela. Ya lo estábamos esperando, sabíamos que crecía y necesita aprender mucho más, pero verla con su uniforme escolar es otra cosa. Estaba feliz mi niña con su primera vez en la escuela, me dijo sentirse orgullosa de que todos le dijeran "Sofía, qué linda!".
Después de varios años de cobertura periodística al tema educacional, y en particular al inicio del curso, había imaginado la preparación de la familia para esta hora, la expectativa de los grandecitos por conocer nuevos amigos, recordar mis primeros días en la Universidad o en la Vocacional, donde cursé Secundaria y Pre.
Estas experiencias me permitían calibrar la trascendencia del momento.
Sin embargo, ahora me estreno como madre que lleva a su hija mayor al colegio. Le entregaron tres cuadernos para dar sus trazos iniciales, asociar letras y palabra; les mostraron los lápices de colores, las crayolas y disímiles útiles con que trabajarán durante el curso escolar. En su salón, o grupo de estudiantes, tiene 15 compañeritos, y compañeritas, su maestra Andy y la auxiliar pedagógica Yamilia. Todos se conocen entre sí.
A lo largo de estos cuatro años cuando llegó Sofía al mundo, y los tres últimos acompañada de su hermanita Beatriz, es un privilegio disfrutar el día a día en su aprendizaje; desde los primeros sonidos, hasta nombrar a mamá, papá, abuelos; contar en español y hasta el 13 en inglés, saber los colores, rimar las palabras, hacer cuentos... También se va convirtiendo en un reto responder a sus ganas de saber, ya sea aprender la pronunciación de "adiós" en francés, o recitar Los Zapaticos de Rosa.
Y, mientras intento rehuir de los lugares comunes, no puedo evitar escribir que mis hijas me sorprenden cada día... y lo harán más. Intentaré estar a su altura.
Después de varios años de cobertura periodística al tema educacional, y en particular al inicio del curso, había imaginado la preparación de la familia para esta hora, la expectativa de los grandecitos por conocer nuevos amigos, recordar mis primeros días en la Universidad o en la Vocacional, donde cursé Secundaria y Pre.

Sin embargo, ahora me estreno como madre que lleva a su hija mayor al colegio. Le entregaron tres cuadernos para dar sus trazos iniciales, asociar letras y palabra; les mostraron los lápices de colores, las crayolas y disímiles útiles con que trabajarán durante el curso escolar. En su salón, o grupo de estudiantes, tiene 15 compañeritos, y compañeritas, su maestra Andy y la auxiliar pedagógica Yamilia. Todos se conocen entre sí.

A lo largo de estos cuatro años cuando llegó Sofía al mundo, y los tres últimos acompañada de su hermanita Beatriz, es un privilegio disfrutar el día a día en su aprendizaje; desde los primeros sonidos, hasta nombrar a mamá, papá, abuelos; contar en español y hasta el 13 en inglés, saber los colores, rimar las palabras, hacer cuentos... También se va convirtiendo en un reto responder a sus ganas de saber, ya sea aprender la pronunciación de "adiós" en francés, o recitar Los Zapaticos de Rosa.
Y, mientras intento rehuir de los lugares comunes, no puedo evitar escribir que mis hijas me sorprenden cada día... y lo harán más. Intentaré estar a su altura.
lunes, 27 de abril de 2009
Maestra ¿quién...yo?

Al pasar para séptimo grado, fue como borrón y cuenta nueva y se me desató tremenda apatía por la docencia. Solo aparecía "en nómina" como monitora de algunas asignaturas, porque nada de impartir repasos o servir de profesora suplente. Muchas veces reprimí una cierta inclinación por la pedagogía, cuando veía algunas de esas películas en las cuales un maestro o una maestra se enfrenta a sus colegas, la dirección de la escuela y hasta la propia familia, para "salvar" a un grupo de alumnos, por lo general problemáticos. Esos filmes me siguen gustando. Pero, cuando me sentía contagiada por el estusiasmo de la profesión, esperaba a que se me pasara.
Y es que en Cuba, ser maestro o profesora no se cuenta entre las aspiraciones de la mayoría de los adolescentes. Tal vez porque no se estimula esta inclinación vocacional a tiempo o por tantas otras razones que la gente utiliza para que los hijos no sigan este camino.
Después de constituir uno de los primeros juegos en la infancia, ser maestro se va relegando entre las preferencias, aunque una nunca olvida a quien nos enseña a leer y a escribir; a aquellos convertidos en un amigo (a) en la Secundaria o a quien realmente es un paradigma frente al aula, de esos que te hacen apreciar lo que realmente significa ser docente, educador.
Todos estos pensamientos se agudizan en los Institutos Preuniversitarios Vocacionales en Ciencias Exactas, donde se experimenta una sensación de creerse estudiantes elegidos para profesiones complicadísimas y decisoras en el destino de un país. Por eso al Pedagógico van muy pocos desde los IPVCE. Y yo no era la excepción, además de que nunca pensé tener esa vocación.
Y, mire usted, que por obra y milagro del programa de Universalización de la Educación Superior (al cual le dedicaré un post más adelante) he permanecido 6 años frente al aula. Con todo el respeto que les profeso a los maestros, jamás me vi impartiendo docencia, entre otras cosas por mi miedo a pararme frente a tantas personas atentas a lo que yo dijera.
Como si fuera poco con la experiencia, he tenido hasta dos y tres grupos por semestre, de matrículas elevadas en algunos y con asignaturas que me han exigido mayor preparación por no ser a lo que me dedico cotidianamente. Si me lo hubieran mostrado en una bola de cristal hace unos 20 años, diría que me estaban tomando el pelo o jugándome una mala pasada.
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martes, 7 de abril de 2009
Estreno espejuelos

Cuando era una niña quería usar espejuelos, los tenía como algo interesante que daba toque de sapiencia. Más adelante, debí usar "aparatos" para reubicar mis dientes y renuncié a poner el accesorio sobre mi nariz. No necesitaba lucir como una adolescente tan "sabia". Tener 20-20 de visión y encontrar un pequeño arete sobre el piso enmarañado daba más motivo de pretensión que colgar un cordón negro en el cuello para no perder los susodichos cristales.
Alguien me dijo una vez que la palabra "espejuelos" es un arcaísmo en muchos países, de esas como "vosotros" o "cuasi", olvidadas o reemplazadas. Claro, que si un vocablo se deja de usar en España y se mantiene en otro sitio no significa que sea objeto museable. O viceversa. En Cuba si usted dice gafas, alguien creerá que se trata de las de sol; si emplea lentes, pensarán en los de contacto o en las de las cámaras fotográficas; si elige anteojos los confundirán con prismáticos. En fin, seguimos... o empiezo yo a usar los espejuelos de la foto.
martes, 31 de marzo de 2009
Llegar a los 40

Por razones de trabajo me interesé en el tema de la crisis de personalidad que ocurre alrededor de los 40 años. Mi cercanía con esa edad no me había provocado detenerme a pensar en ello, para mí es como cumplir 37 ó 41, aunque ya haya aparecido alguna que otra cana. La naturalidad con que muchas mujeres transitan por esta etapa se debe, quizás, a que durante toda la vida escuchamos hablar de menopausia, climaterio y de alguna manera nos preparamos para pasar por ahí, seguir para alante e incluso disfrutar lo que llegue después desde el punto de vista personal y familiar.
Pero solo la solicitud de profundizar en el asunto me hizo, sonreír primero y descubrir después diversos matices interesantes de la llamada tercera crisis de personalidad -la primera ocurre alrededor de los tres años y la segunda en la adolescencia-. Algunos autores también la denominan crisis de la mitad de la vida, entre otras denominaciones.
Los profesionales consultados me aseguraron que casi nadie, por lo menos en Las Tunas, Cuba, llega a las consultas de sicólogos o siquiatras en busca de ayuda para enfrentar la medianía de edad. Pero, sí las depresiones, estrés, angustias y otros efectos que trae consigo en determinadas personas motivan a consultar algún especialista. Ah, y que si es traumático o no apagar 40 velitas depende del temperamento y el carácter de cada individuo. Tampoco sucede siempre a una edad determinada.
Hay quien ni siquiera percibe tal crisis, cuando realmente se producen cambios biológicos, sicológicos y en las relaciones sociales; la piel de las manos y el cuello en principio brinda información sobre el fin de la tersura, aparecen algunas enfermedades y achaques , y el cuerpo y la mente ya no respondan como antes. C´est la vie, tan solo otro momento en la existencia.
En ese momento también la gente suele hacer un balance de lo conseguido hasta la fecha y las metas que ya no se podrán cumplir. Sin embargo, no todo es negativo. Algunos de los mitos y realidades de llegar a los 40 provocan que las personas se sientan plenas, se conozcan mejor a sí mismas y saquen partido de ello.Al final, dicen que la edad no son los años que se tienen, sino la forma de vivirlos.
Pero solo la solicitud de profundizar en el asunto me hizo, sonreír primero y descubrir después diversos matices interesantes de la llamada tercera crisis de personalidad -la primera ocurre alrededor de los tres años y la segunda en la adolescencia-. Algunos autores también la denominan crisis de la mitad de la vida, entre otras denominaciones.
Los profesionales consultados me aseguraron que casi nadie, por lo menos en Las Tunas, Cuba, llega a las consultas de sicólogos o siquiatras en busca de ayuda para enfrentar la medianía de edad. Pero, sí las depresiones, estrés, angustias y otros efectos que trae consigo en determinadas personas motivan a consultar algún especialista. Ah, y que si es traumático o no apagar 40 velitas depende del temperamento y el carácter de cada individuo. Tampoco sucede siempre a una edad determinada.
Hay quien ni siquiera percibe tal crisis, cuando realmente se producen cambios biológicos, sicológicos y en las relaciones sociales; la piel de las manos y el cuello en principio brinda información sobre el fin de la tersura, aparecen algunas enfermedades y achaques , y el cuerpo y la mente ya no respondan como antes. C´est la vie, tan solo otro momento en la existencia.
En ese momento también la gente suele hacer un balance de lo conseguido hasta la fecha y las metas que ya no se podrán cumplir. Sin embargo, no todo es negativo. Algunos de los mitos y realidades de llegar a los 40 provocan que las personas se sientan plenas, se conozcan mejor a sí mismas y saquen partido de ello.Al final, dicen que la edad no son los años que se tienen, sino la forma de vivirlos.
domingo, 8 de marzo de 2009
Fin de semana femenino y entre libros
La Jornada de la Prensa, celebrada cada año en la primera quincena de marzo, guarda para el final un acto y festividades el día 14 en conmemoración al Periódico Patria, fundado por José Martí. Pero, en el camino siempre aparecen otros pretextos para reunirnos, hacer tertulias y pasar ratos agradables, con menos estrés que el resto del año. No es que parezca que "nos comemos un tren marcha atrás" cada día, sin embargo, todo el mundo sabe que nuestra profesión per se nos obliga a permanecer en una suerte de estado de alerta.
Pues, afortudamente, la Jornada coincide entre otros festejos con el Día Internacional de la Mujer y la Feria Internacional del Libro. Más razones para bajar un poco la guardia y liberar tensiones. Aquí dejo unas fotos de este fin de semana femenino y entre libros. Por cierto, mi mejor adquisición en la Feria: La ínsula fabulante, compilación de cuentos escritos entre 1959 y 2008. Ahí aparecen nuestros mejores autores de dentro y de fuera del Archipiélago (Guillermo Cabrera Infante, Jesús Díaz, Amir Valle, Norberto Fuentes, Senel Paz, Heras León, Guillermo Vidal, Rubén Rodríguez, en fin...)
También compré una colección de títulos infantiles para mis hijas, entre los cuales sobresale la cuarta entrega de su texto favorito: Chamaquili, de Alexis Díaz Pimienta, de quien guardamos en casa un email para mis hijas cuando el papá de ellas escribió en su blog un post dedicado al primer Chamaquili y el autor le escribió.
También compré una colección de títulos infantiles para mis hijas, entre los cuales sobresale la cuarta entrega de su texto favorito: Chamaquili, de Alexis Díaz Pimienta, de quien guardamos en casa un email para mis hijas cuando el papá de ellas escribió en su blog un post dedicado al primer Chamaquili y el autor le escribió.
jueves, 15 de enero de 2009
Estoy feliz y con sana alegría
Hoy es mi cumpleaños y no lo "publicaría" si no fuera para dejar constancia de lo dichosa que me siento al llegar a los 38 eneros. Cuando mis hijas abrieron los ojos hoy me dijeron "te quiero mucho, mamita". Mi madre, abuela materna, tía, primo, sobrina y hermano llamaron temprano para dejarme saber que me quieren y esperan Felicidad para mí. Juan también lo deseó. Ayer, cuando Liuba, mi amiga de siempre, tuvo acceso a un teléfono, llamó para que yo supiera que no olvidaría mi cumple. Adalys, Iris Cruz y Yamel, lo hicieron hoy. Sé que muchas otras personas, familiares y amigos, esperan que avance el día. ¿Podría pedir más?
Aunque no creo a pie juntillas en los vaticios del Horóscopo, me siento Capricornio casi 100 %. Me gustan las fechas especiales y que la gente cercana sepa que los recuerdo. Para los cumpleaños tengo buena memoria. La radio, por pura coincidencia, hoy me está regalando baladas en inglés, de las décadas del 80 y 90, mis preferidas. Aunque en Cuba hayan escogido esta fecha para celebrar el Día de la Ciencia, y por lo general yo decida tomarme la jornada para mí y hacerme regalos materiales, hoy puedo hacer la excepción y terminar el trabajo pendiente.
Como la dicha es un momento de gracia, quiero que este espacio personal, que también me proporciona alegría, lo deje registrado.
Aunque no creo a pie juntillas en los vaticios del Horóscopo, me siento Capricornio casi 100 %. Me gustan las fechas especiales y que la gente cercana sepa que los recuerdo. Para los cumpleaños tengo buena memoria. La radio, por pura coincidencia, hoy me está regalando baladas en inglés, de las décadas del 80 y 90, mis preferidas. Aunque en Cuba hayan escogido esta fecha para celebrar el Día de la Ciencia, y por lo general yo decida tomarme la jornada para mí y hacerme regalos materiales, hoy puedo hacer la excepción y terminar el trabajo pendiente.
Como la dicha es un momento de gracia, quiero que este espacio personal, que también me proporciona alegría, lo deje registrado.
martes, 6 de enero de 2009
"Pelo malo"
Cuando llegué a residir a Las Tunas, época en que había decidido llevar mi cabello de forma natural, algunas mujeres de mi entorno de trabajo, solían preguntarme: "¿Y por qué no te arreglas el pelo?". Yo respondía que lo tenía peinado y hasta me lo teñía de tonos oscuros. Y me replicaban: "No, no. ¿Por qué no te lo desrizas, te das un color claro...?"Siempre tuve mucho volumen de pelo y cuando me bequé a los 11 años, mi mamá decidió alisarme un poco el cabello para que me fuera fácil de manipular. Así lo conservé durante unos 10 años más, durante los cuales, usé rolos (o rulos), fui cada semana a la peluquería y dediqué más tiempo del
que me gustaba a conservar un peinado "lacio". Fue en la Universidad cuando decidí dejarme mis riiiiizos.
En realidad, no sucedió porque me hiciera muchas preguntas al respecto, sino que pensé: "Si siempre traigo el cabello recogido, porque es fino y el molde le dura poco, entonces para qué desrizarlo?" Así comencé a ahorrarme el tiempo, dinero y la obligación de estirarlo. De esa época a esta parte, he tenido que soportar invariablemente la insistencia de las peluqueras , y de otras clientas asombradas, para que me aplique productos para alisar mi pelo. Y a cada una respondo, sin opción para la réplica: "A mí me gusta así".Igualmente, otras personas me dicen: "A ti te queda bien el pelo así, rizo". A mí no se me ocurriría decirle a alguien: ¡qué bien te quedan tus orejas! Pero, por esta parte de Cuba, las mujeres suelen cambiar constantemente el color, corte, textura... del pelo. De hecho, cuando vine de visita por primera vez, me pareció que todas lo llevaban decolorados u oxigenados.
Desde pequeñas escuchamos decir que nuestro cabello es "pelo malo" o "pasa" y nosotras mismas aprendemos a reírnos de él y a intentar "domesticarlo" con productos de diversos tipos. Los estereotipos sociales casi no conciben llevarlo al natural. Del "peine caliente", al desriz casero con potasa, se ha pasado a las cremas industriales, los implantes y las trenzas, cualquier cosa menos el "afro", antologado aquí únicamente en los años 60 y 70. Los patrones de belleza de las revistas, etc. no ofrecen alternativas sobre este particular. Enfrentarse a estos esquemas depende, sobre todo, de la valentía para andar por la vida o la aceptación que cada persona tenga de sí misma. Mire, usted, todo esto solo por tener un pelo "diferente".
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