jueves, 6 de agosto de 2009

Horóscopos

La suerte es el pretexto de los fracasados, insiste Neruda desde su eternidad de poeta cercano y filósofo del alma. Y una lo invoca con regularidad, sobre todo cuando ciertos hechos parecen sacados de la profecía de una bola de cristal. O al culpar al azar por una fatalidad. Tú eres el resultado de ti mismo, vuelve el escritor chileno y universal a llamarnos a la cordura. Pero, basta de abstracciones.
Recientemente, un grupo de adolescentes me preguntaba: ¿Por qué las publicaciones cubanas no dedican espacio al horóscopo? En ese instante, no solo Neruda sirve para explicar la razón. Las razones conocidas se hallan en similares motivos para no hacerse eco de la literatura de folletín, los chismes de celebridades, entre otras banalidades que pululan en periódicos y revistas de diverso contenido.
Sin embargo, casi todo el mundo conoce el signo zodiacal al cual pertenece su fecha de nacimiento. Ya no solo con esos 12 que van desde Capricornio a Sagitario, sino también sabemos qué animal nos corresponde en el Horóscopo Chino, en el Maya, en el Azteca o cuantos aparezcan por ahí. Aquí, entre nos, simpatizo con muchos rasgos de mi Capricornio, y prefiero cómo suena ser del año del Perro, que Cerdo o Rata.
En los últimos tiempos la prensa considerada tradicionalmente seria dedica páginas a los augurios astrológicos, como una concesión para ganar consumidores. Internet también nació con este detalle. Los medios de comunicación en Cuba llevan en su sino la urgencia. Y sus secciones de entretenimiento pretenden educar mientras recrean. Mas, el asunto no se reduce a las publicaciones.
Algunos foros seudocientíficos internacionales se suceden en el debate de si la posición de los astros al nacer un ser humano, incide en los éxitos futuros en el amor, en la economía, en el trabajo. Pero, además, si esa colocación determina el carácter y la personalidad del individuo. Por encima del resultado investigativo, cuesta ignorar que estos asuntos también generan enormes dividendos.
La carencia de bases científicas demostradas inclina la balanza a ver el Horóscopo en que la persona aprende a conocerse a sí misma. Máxime, si el signo dicta una conducta
y el individuo sabe que es lo contrario. Así que no sé si el carácter fuerte de mi hija menor Beatriz se debe a que es Aries o a los genes.
El peligro de este hecho radica en que las personas se priven de relaciones interpersonales, de asistir a determinados lugares o situaciones, o escoger un camino para su vida diferente al deseado, por la sola condición de aparecer escrito en la página de una revista o estar establecido que Virgo y Leo no deben mezclarse.
El conocimiento científico y la vida misma sí han permitido comprobar que cada persona logra lo que sea capaz de entregar de sí o de aspirar, de acuerdo con sus capacidades y aptitudes. El origen de un fracaso, o una conquista, se encuentra con más facilidad mirándonos hacia dentro, que buscando respuestas en el cielo.

3 comentarios:

Lola dijo...

Bueno! lo de los astros puede ser un entretenimiento. Yo, Sagitario, tengo muchos de los rasgos de este signo pero no por eso cambia en absoluto mi vida. Soy Sagitario y punto. No creo demasiado en los horóscopos de las revistas y semanarios pero a veces me entretengo mirando el mio y el de mis hijos. Pero la vida es otra cosa y me la he forjado yo, haciendolo unas veces bien y otras no tan bien.
Un beso Lola

epistolario segun san alvaro dijo...

Yo ultimamente he conocido más del eneagrama que posee un tipología mas interesante y menos superticiciosa.

Rogelio Córdova dijo...

Sería ilógico pensar que existan 12categorías distintas para 7 mil millones de personas que poblan el planeta. Todos somos distintos y solo las situaciones que nos circundan pudiera ser el denominador común para que adquirièsemos determinada categoría sociosicológica. Por ejemplo, un engreído rico es parecido a otro engreído pobre. Un afeminado de alta sociedad tendrá el mismo interés que otro similar suyo en un pueblito de Haití. No hay horóscopo en sus diarios, porque, resulta una verdadera pérdida de tiempo, pero a pesar de ello es inocuo. Tal vez en otros sitios hay horóscopos en revistas y diarios para alimentar una especie de ego morboso o autosatisfacción de saberse nacido bajo ciertas condiciones y caracterìsticas. Pero en fìn, leer horóscopo es una pérdida de tiempo.