martes, 14 de diciembre de 2010

Pasar gato por liebre

A Toni no le puede faltar la brillantina para acomodar su cabello. Se ha habituado. Por eso, ante la escasez de ese producto en las tiendas, acudió a un catre (punto de venta) cercano a su casa y adquirió por cinco pesos lo que el vendedor tiene etiquetado en un pomito como “grasa de pelo”. El hombre “parece decente” y lleva tiempo con su venta en el mismo lugar, me cuenta el citado cliente, por eso no entiende cómo le pudo vender aquella sustancia que luce como líquido de freno para automóviles, lubricante o cualquier cosa con olor a petróleo, y ni remotamente como lo que buscaba. Como en primera instancia no quedó calvo, ni hizo alergia después de aplicarlo en la cabeza, se inquieta porque algunos cuentapropistas persistan en la estafa y en “pasar gato por liebre” por buscarse unos kilos de más.
Podría asegurar sin temor a equivocarme que la mayoría de los cubanos celebra el incremento del cuentapropismo, con mayor cantidad de actividades a las cuales se abre ahora, el otorgamiento de licencias a otras que estaban “congeladas” y la flexibilidad en los requisitos para ese ejercicio en determinados casos.
Sin embargo, proporcional al entusiasmo con que se reciben estas medidas, la sociedad reclama por el respeto a los consumidores, máxime si se dispone de una autorización gubernamental para dedicarse al trabajo por cuenta propia, porque de esto depende el prestigio y, a largo plazo, la mayor ganancia que se puede ingresar que es la confianza de la gente.
Me gusta creer que entre estas personas que ganan la vida honradamente con servicios o con la venta de productos fuera del sector estatal, predominan los honestos y dedicados en ofrecer calidad. Los zapateros se han convertido en una opción confiable para los clientes, por la profesionalidad con que se dedican a su trabajo.
Sé que no pueden juzgarse a todos por igual. Y que el cliente debe hacer su parte en elegir a los vendedores con la certificación para ejercer una actividad. La inspección y los controles no lo harán todo. La sociedad igualmente espera porque la confianza se instaure en cada quiosco o puesto de venta particular adonde nos acercamos cada día.

1 comentario:

Lola dijo...

Muy buena denuncia Iris. La gente que abusa y estafa debería ser castigada y todos deberíamos denunciar cuando nos pase.
Un fuerte abrazo Lola