lunes, 5 de diciembre de 2016

El día después

Este domingo 4 de diciembre concluyó el duelo oficial en Cuba por el fallecimiento de Fidel. Quizás pensamos que a las 12 del día habría algo diferente que anunciara la vuelta a la normalidad, como suele hacerse después del paso de un ciclón. Pero no sucedió. Mis vecinos reguetoneros no pusieron música. Tampoco los fans de las rancheras y las canciones estilo Álvaro Torres. Solo cierta variedad en la programación televisiva demostraba un cambio con lo vivido en toda la semana, desde aquella inolvidable alocución de Raúl cerca de la medianoche del viernes 25 de noviembre.


Pero lo que sí resultó relevante es que los habituales tambores de festejo religioso por Santa Bárbara o Shangó, hicieron silencio. Esta deidad representada con una espada al parecer también hizo su ofrenda.
Casi todas las películas cubanas de corte patriótico pasaron este domingo por la TV, los muñequitos fueron de Elpidio Valdés y dramatizados, el policíaco de la noche. El silencio podía -puede- tocarse todavía en las calles.  Y es que el país no va a pasar a la normalidad como la conocen otros. Algo grande pasó  y removió a todos por dentro.

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