sábado, 13 de diciembre de 2008

Vestir a la cubana

Sin ignorar las influencias fundamentalmente europeas, en casi todas las épocas, el clima tropical de Cuba ha condicionado la manera de construir las viviendas, las costumbres, los comestibles. También, ha incidido en muchos diseños de vestuarios, la moda y hasta propició la creación de piezas de ropa que hoy nos distinguen en el mundo.
Si hacemos una retrospectiva podremos encontrar que en los siglos anteriores, las ropas que lucía la aristocracia criolla resultaban copia fiel de la que se exhibía en Europa y, después, En estados Unidos. No importaba si las condiciones del clima fueran distintas. Poco a poco se introducían colores y variaciones impuestos por el sofocante calor y otras condiciones locales.
Sin embargo, una de esas prendas se ha extendido sobre todo por América Latina. Y no resulta desconocida en distintos lares del mundo, como elegante, cómoda y apropiada para las estaciones más calurosas: la guayabera.
Las investigaciones apuntan a que el origen de esa indumentaria, descrita como una especie de chaquetilla, tuvo su origen entre el campesinado de La Mayor de las Antillas, particularmente en la zona de Sancti Spiritus a finales del siglo XVIII. El comercio con México permitió la emigración de la guayabera más adelante, y en Yucatán encontró hogar y motivó a una amplia cantidad de productores.
Aunque por acá se asoció en sus orígenes a los llamados guajiros o trabajadores de campo, después pasó a usarse en las zonas urbanas. La prenda de vestir se modificó y entró en el escaparate de muchas mujeres y escaló los exclusivos planos de las piezas ideales para los paseos nocturnos y los momentos de etiqueta.
Quizás hoy escasea en los roperos juveniles, en cambio sí constituye una tradición enraizada entre los cubanos y a la cual se le ha dedicado espacio en composiciones musicales y entre los símbolos de nuestra cultura. Los modistas del patio pretenden revitalizar la pieza con elementos contemporáneos y ajustarlos a las edades, momentos del día y los dictados actuales de la moda.
Sin lugar a dudas, es este nuestro traje típico y no falta en fiestas, motivos u ocasiones auténticamente cubanas, ya sea procedentes de nuestro país o llegadas desde otro lugar; y confeccionadas en hilo, lino o en seda. De cualquier modo, frescas, elegantes y funcionales, se mantienen las guayaberas.

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