martes, 20 de enero de 2009

Razones para bloguear



La gente suele adorar los números "cerrados" para proponerse comenzar algo o rendir homenajes. Yo no soy la excepción. Había pensado escribir sobre la experiencia de tener un blog cuando llegara a los mil visitantes, luego me fijé otro número, pero.... Por diversas razones no había podido cumplir ese deseo. Por ejemplo, cuando se sumó el millar, el huracán Paloma azotaba el sur de Las Tunas y Camagüey y los visitantes ávidos por saber entraron a El sitio de Iris y sobrepasaron ese número con rapidez. Así que lo dejé para más adelante por la urgencia de seguir el ciclón. He visto desfilar varios dígitos terminados en "cero" o en "cinco" sin poder llevar adelante esa idea. Porque algo sí está claro: cada bloguero debía de compartir con sus seguidores cómo les va con su nueva vivencia.
Después de descubrir esta vía de comunicación, una se pregunta ¿cómo no había iniciado antes? ¿y yo qué estaba haciendo sin abrir un blog? Si te sientes solo, crea un blog. Si eres periodista o escritor y se te quedan temas en el tintero, despáchate en un blog. Si no te entusiasma hacer ejercicios u otra forma de evadir el estrés, hazte un blog. Lo más importante es tener algo que decir y siempre tendrás "oídos" receptivos. Pero, hay que estar preparados, esto casi obsesiona, hasta que llega la calma.
"Postear" y dejar que otros lean, sin retocar, pulir, buscar sinónimos, cambiar la sintaxis, da cierta comezón a quienes, como los periodistas, acostumbramos a revisar una y otra vez antes de entregar. En cambio, para mí el blog debe llevar espontaneidad, escribir directo a la plantilla, sin chapucerías, con ideas bien pensadas, pero algo auténtico que luzca tu sello personal. También imaginar a un lector potencial, hasta tener tus propios lectores; ser breves y buscar la estructura gramatical más clara.
Antes de dar nombre al blog, hace falta saber qué decir y tener claro que no es un medio de prensa, con sus reglas y normas, aunque no se debe menospreciar la efectividad de las bitácoras para seguir y analizar un hecho noticioso. Ahora, la delicia de los blogs son los comentarios. No solo entusiasman para seguir y actualizar con regularidad, sino que enriquecen el texto inicial hasta convertirlo, a veces, en una joya. La retroalimentación proporcionada por los comentaristas hace palidecer de envidia a cualquier medio de prensa tradicional que, ni con llamadas telefónicas, encuestas, sondeos, ni correos electrónicos, han logrado tan rápida forma de comprobar la repercusión de la publicación.
Los blogs son un espacio personal y todos deseamos que nos visiten y lean, si no es mucho pedir también que nos dejen algún mensajito. Por eso, abundan en internet los contadores gratis y formas de llevar las estadísticas de tu sitio. Vamos, no me lo niegues, a todos nos gusta saber que lo que pensamos/decimos importa, gusta, hace pensar (sin ser pretensiosa, eh?).
Por eso, más importante que la cantidad de visitantes, es el tiempo que demoran las personas en tu sitio, si comentan, te incluyen entre sus enlaces, se convierten en seguidores o como en el turismo aumenta el índice de repitencia.
Los blogrolls dicen mucho del propietario de la bitácora, funciona como "dime con quién blogueas y te diré quién eres". En lo personal, además de agregar los blogs que me gustan, creo que esta es una forma de retribución cuando alguien desde su página hace que me lleguen más visitantes. Gracias.

2 comentarios:

Carlos M. Perez dijo...

jabada, me impantan tus reflexiones de bloguera experimentada y me pregunto si alguna vez tendre tantos lectores. por otra parte, no puedo desprenderme de la obsesion por la forma a la hora de escribir, adquirida en el periodico, es como una enfermedad que disfruto. y, ademas, aparecio mimi con un super blog, me emociona que nos estemos reencontrandonos por aqui.

Al Godar dijo...

Iris,
Tienes razón. El blog es un importantisimo medio de comunicacion no solo porque nos ofrece un tipo de informacion que antes no recibiamos, sino porque nos permite expresarnos de una manera diferente.
Disculapa los acentoos...
Saludos,
Al Godar