domingo, 22 de marzo de 2009

La tierra de la tuna


La provincia cubana de Las Tunas tomó prestado su nombre de una planta homónima. Las referencias a la opuntia dillenii -su denominación botánica- desde los orígenes de esta comarca, hacen pensar que las de su especie siempre han crecido orondas por acá. Por eso, los entendidos recuerdan a menudo las características secas de estas tierras, incluso cuando apenas despuntaban como sitio de prósperas haciendas ganaderas.
Por aquella época, de voz en voz los rudos hombres de campo aseguraban haber comprado el mejor ganado “en la tierra de la tuna”, para ubicar las propiedades de Don Jesús Gamboa. Así se dice quedó bautizada la actual provincia. También de antaño llega la costumbre de colocar algunas de esas ramas espinosas en lugares visibles para alejar del hogar a “los malos ojos”. Historia y leyendas aparte, este ejemplar xerofítico de zona semiárida, constituye un símbolo de las adaptaciones de la vegetación para enfrentar el rigor de la naturaleza.
Los especialistas aseguran que la cubierta forestal del territorio se halla replegada hacia las costas, lo cual impide una influencia marcada en el clima. Además de seco, coincide en que este es uno de los territorios más deforestados del país. Al hombre le corresponde sembrar árboles y manejar el agua de manera integral. A veces la gente se concentra en el beneficio o perjuicio del recurso en su actividad económica particular y olvida las restantes.
Para Raúl Verdecia, director del Jardín Botánico y constante estudioso de estos temas, aquí tenemos muestras evidentes de la aridez propia de la zona. “Todas las plantas endémicas de la provincia son de lugares semiáridos, afirma. En Puerto Padre se localiza un centro de endemismo del género de la Acacia, abundante además en México, Australia y África. Y compartimos otras con el semidesierto al sur de Guantánamo. Cuando la sequía alcanza su clímax por acá, las afectaciones en la vegetación repercuten en la fauna. Unas especies se adaptan, pero otras no.”
Aunque Las Tunas cargará con los efectos de dos huracanes en la última temporada ciclónica, este sigue siendo un territorio afectado, sobre todo, por la sequía. Los investigadores aseguran que el período entre una y otra será cada vez más corto y su intensidad mayor. La planta de la tuna se mantiene en nuestro paisaje como un testigo para recordarnos este hecho desde el propio inicio.

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