martes, 21 de abril de 2009

¿Qué profesión elegir en Cuba?

Hay oficios y profesiones que no necesitan conferencias de sus especialistas en las escuelas, ni catálogos u otras vías de promoción, para saber en qué consisten. Y eso lo sabe Daniel Labrada Cabrales, de 15 años, estudiante de la escuela de oficio Israel Marrero, de Las Tunas, quien al llegar al mundo sintió olor a aserrín y desde sus primeros pasos acudía a la carpintería de su vecino para mirar y decidir que a eso se dedicaría.

Muy diferente a lo que ocurre también en la Albañilería, la Medicina o la Pedagogía, por ejemplificar con algunas ramas, existen otras que por mucho que se explique su contenido de trabajo a veces el adolescente o joven no lo comprende, como la Cibernética, la Bioquímica y la Metalurgia.

La orientación vocacional constituye un asunto del nunca acabar en muchas escuelas y enseñanzas cubanas. En ocasiones, porque los estudiantes aspiran a carreras de las que desconocen el perfil y casi siempre las acciones institucionales para enrumbarlos son insuficientes.

“Siempre he pensado que la familia debe ayudar a los hijos a encontrar su inclinación vocacional desde temprano; porque ya a los 15 ó 16 años, al concluir el noveno grado, deben saber –y decidir en las escuelas- si ir a un preuniversitario y para qué, matricular en un Politécnico o escoger un oficio”, me dice María del Carmen, madre de una alumna de Secundaria.

En el otro extremo, en algunas oportunidades el peso de la familia es tal, al terminar la Secundaria Básica o el Preuniversitario, que conduce a los alumnos a cumplir las expectativas de los progenitores y pasan por encima de las preferencias personales. Las consecuencias pocas veces son felices.

Otro asunto es cuando la sociedad requiere cubrir sus ofertas de empleo en sectores productivos, y la tendencia en la formación marca derroteros totalmente opuestos. En esa balanza se benefician las ocupaciones de la llamada economía emergente que recibe mejor remuneración. Sin importar las aptitudes.

“Actualmente, la mayor proporción de los bachilleres manifiesta su voluntad de estudiar carreras humanísticas, asegura Manuel Alejandro Guerrero Batista, secretario de la Comisión de Ingreso a la Educación Superior, en Las Tunas. Entre ellas, Psicología, Derecho, Periodismo, Historia del Arte, Lenguas, Sociología, son las de mayor demanda. También las del campo de la salud. Pero, no sucede así con las de áreas técnicas o algunas ingenierías. Cada año se quedan por cubrir numerosas de estas plazas. Y el país necesita desarrollar esas esferas.”

Según la información proporcionada por el secretario de la Comisión Provincial de Ingreso, algunas especialidades pasan por influencias negativas de la sociedad, como la de Agronomía, la Forestal, las pedagógicas, y de producción agropecuaria. Varias de ellas llenan su oferta y luego los estudiantes las abandonan porque no son lo suficientemente atractivas para los muchachos, ni para las muchachas.

Las escuelas de oficio se nutren de quienes manifiestan esa voluntad durante la Secundaria Básica o al terminar noveno grado. También llegan allí quienes abandonan por diversas razones las aulas de ese nivel. Igualmente, permite continuar estudios a los matriculados en la Enseñanza Especial y dotarlos de una preparación para lograr vivir con independencia.En ocasiones, padres e hijos deciden la ocupación del mañana a partir de coyunturas y sin prestar demasiada atención a la inclinación personal de los jóvenes. Pocas veces se tiene en cuenta qué ocupaciones necesita la sociedad. “Cuando sea grande, voy a ser…” es mucho más que un juego infantil, es una decisión de futuro.



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