lunes, 2 de noviembre de 2009

La polémica sobre Photoshop


Los software de edición de imágenes como Photoshop son noticia y no precisamente porque ofrezcan novedades tecnológicas más allá de las que tienen. Son realmente sus potencialidades y los usos indiscriminados los generadores de titulares en publicaciones de la moda, periodísticas y de perfil general.
Se trata del abuso de los retoques en la publicidad hasta el punto de que Francia y Reino Unido promueven leyes para regular esos clics, que sobre las imágenes publicitarias pueden conducir a que los y las adolescentes quieran parecerse a figuras irreales. Con ese fin los más jóvenes pueden llegar a la anorexia y a la bulimia con tal de reducir sus tallas como las chicas de pasarelas.
No solo eso, sino que las aplicaciones en algunos casos han sido tan exageradas, que como en la foto de este material se les fue la mano a la hora de agregarle curvas a la modelo y su cabeza terminó más grande y ancha que cualquier parte del cuerpo, con una desproporción inverosímil.
Hace tiempo me había llamado la atención que en las revistas del corazón -que como no se publican en Cuba son como pan caliente- las artistas sorprendidas por paparazzis en plena calle no suelen parecerse mucho a los rostros conocidos por las películas, fotografías y espectáculos. Y ya podíamos deducir, desde mucho antes de este asunto de Windows y las pc, que existía maquillaje y algo más como algún retoque para regalarnos esos rostros perfectos que muchos queríamos ver en nuestros espejos. Obviamente se pasaron de castaño oscuro.
Los pronunciamientos han sido diversos. En España, por ejemplo, una publicación impresa anunció la utilización en las futuras portadas de muchachas desconocidas y sin maquillaje. Los primeros números los dedicó a celebridades de la moda o el cine tal como suponemos pasen la mayor parte del día, con naturalidad y sin afeites.
Por estos lares, aunque el asunto publicitario no es como el causante de la polémica actual, Photoshop ya está haciendo su historia. Comenzó con los fotógrafos de 15, bodas y cumpleaños, al ubicar al protagonista de las imágenes, lo mismo en las Pirámides de Egipto que en la Torre Eiffel, o acompañados por los actores, cantantes y rostros lindos del momento. Luego, siguieron "poniendo" vestidos costosos y elegantes; hasta llegar en la actualidad a aumentar el busto de las quinceañeras, quitar el imprudente granito que decidió salir en esta edad de festividad e, incluso, a tapar las pecas o agregar un sensual lunar al lado de la boca.
En este particular, ocurre una suerte de competencia entre las muchachas de las 15 primaveras por ver cuál tuvo las fotos más originales y consiguió parecerse lo mismo a Penélope Cruz que Shakira, o tal vez, simular formar parte del grupo de pop RBD. Ya no alcanza con alquilar trajes a la usanza de casi medio siglo atrás e intentar lucir como princesas de los cuentos de hadas, sino transportarnos a ambientes y paisajes exóticos.
Al parecer esto es más de lo mismo en este contexto en que nos ha tocado vivir, donde la imagen, las apariencias tienen más valor que la esencia, aunque tan solo se trate de una foto de nuestra adolescencia. Quizás más allá, como el caso inicial, promover un modelo artificial y hacerle culto a la mentira.

2 comentarios:

Lola dijo...

Como primera cosa, gracias, muchas gracias por ponerme en contacto con Yolanda de la que ya tuve noticias.
Comentando tu oportuno post te digo que es verdad que estamos llegando a un punto en que la juventud tiene por modelo algo que no es real y eso asusta. Menos mal que parece que nos vamos concienciando y si cambiamos de manera de hacer las cosas, aun tendrá solución el problema. Yo uso photoshop y me encanta pero lo mas que hago es quitar un granito.
Un fuerte beso Lola

El sitio de Iris dijo...

Lola, me alegra haber podido ayudarte. Cuenta conmigo para lo que pueda servirte.
En este tema de Photoshop pasa como con otros asuntos de las tecnologías. Es hora de marcar pautas cuando se puede llegar a extremos, por ejemplo, me parece necesario lo que se propone de aclarar en la publicidad cuando alguna foto ha sido retocada o, más que eso, emprender el camino de la naturalidad, promover modelos igualmente bellos o bellas pero reales, como fue durante mucho tiempo.
Esta polémica pienso que sirve además para delimitar usos, como el de la prensa donde se puede mejorar la composición de la foto, pero no alterarla porque el asunto ético sería otro.
O hacerles entender a quienes acuden a fotógrafos de galerías que una cosa es iluminar, hacer montajes verosímiles y otra es quitar algunas libras, arrugas, pecas... porque ya no seríamos nosotros.
Un abrazo, Lola