sábado, 5 de diciembre de 2009

Morir de nostalgia


Hoy me ha dado por "presentarles" los muñequitos rusos a mis hijas. He encontrado algunos en internet (dónde si no?). Primero vieron los animados de Los cosacos, si fueron de mis favoritos no me acuerdo, pero ahora son los que con más nostalgia evoco de mi niñez. En esa época -mi infancia fue entre la década del 70 y el 80- para nosotros algunos eran casi un castigo. Y por aquella época se hizo célebre una anécdota de un comediante que "amenazó" a su nieto con ponerlo a ver estos dibujos si no se comía "la papa".
El balance geográfico de la oferta infantil en la TV llegaba por las series cubanas de Elpidio Valdés, el personaje mambí emblemático que luchaba contra los españoles. Aunque está vigente, ya no es tan ácido con los ibéricos, ni tan creativo como los primeros. Un poco más cerca de los 90, creo, llegó Hanna y Barbera.
Pero esta fiebre del recuerdo no me ha dado a mí sola. El programa televisivo Lucas, para promover los videos clips, ha tenido como finalista en su concurso anual uno llamado Koniec de música techno y graficado con imágenes de La princesa rana, La hija del Sol, El antílope dorado, La pastora y el deshollinador...
Algo curioso es que en aquella etapa les decíamos Muñequitos rusos y en realidad venían de todo el bloque socialista europeo; además, en todo caso eran soviéticos y decirles "rusos" era casi una blasfemia, pero, bueno, había carne rusa, botas rusas... Entre los muñes más populares estaban Lolek y Bolek, desde Polonia. Alguien que vivió en esos países en igual etapa, me aseguró que por allá veían los mismos personajes.
Pues ahora me ha dado por verlos de nuevo y mis hijas me han dicho con tono indulgente "no los conocemos, pero están bonitos". Yo sé que ellas no dejarían a Disney -con su séquito completo-, ni a Dora y Diego por estos dibujos animados de la infancia de una generación cubana bastante crecidita ya.
Es cierto que morir de nostalgia es una exageración, pero tampoco afecta a nadie volver sobre esos recuerdos, que hasta en las más difíciles circunstancias los humanos solemos edulcorar.

4 comentarios:

Jge dijo...

Qué lindo trabajo, ami tampoco se me olvidan los chistes con los muñequitos "rusos",Recuerdo que cuando hacíamos un chiste, la mayoria de las veces sin gracia, al terminar decíamos "Koniec" jajajajaja. Sabes que en estos días estábamos en sintonia en relación a los diseños animados, pues busqué en la net claro, dónde si no, a David el nomo. Cuántos recuerdos de nuestra inocente infancia. Los criticábamos y después de mucho tiempo, los buscamos de nuevo.
Me acuerdo muy bien de la amenaza con el castigo a que te refieres.
Un abrazo desde el surrrrr

Jge dijo...

Te faltó hablar de la famosa chucha y su alabaooooooooooo!!!!!!!!
Y la calabacita, todavía la ponen? Aqui en la net te encuentras todas las versiones. De cuando en cunado las veo, claro ya no me voy a la cama con ella, rssssssss
abrazos

El sitio de Iris dijo...

Gracias, mi amigo Jorge. No hablé de Chuncha porque la siguen poniendo en la tele, renovada, y a mis hijas les gusta mucho, pero sus apariciones son esporádicas. Por eso, "las castigo" con los rusos, jajaja, porque es lo que no conocen. He leído excelentes artículos sobre este asunto en internet, cuando encuentre alguno te envío el vínculo, y van más allá de los dibujos animados y la nostalgia, para verlo como influencia rusa entre nosotros. Además, me llama la atención por qué nuestra generación extraña tanto esto, ya sé que puede ser nostalgia por la niñez como cualquiera. Pero, no veo especial similitud con otros grupos de edades mayores. Creo que los muñes bolos representan toda una manera de vivir en la Cuba de finales de los 70 y los 80 y que no era solo la llegada de los tv a los hogares y sentar a los niños a las 6 pm para ver el canal 6. Son tantos cambios... Un abrazo.

Jge dijo...

Ok, koniec, jajajajajajaajaja