miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cosas del clima

Los temas relacionados con el tan nombrado Cambio Climático a veces pasan por dos posturas opuestas entre la gente común: o lo asociamos con cualquier asunto de nuestro entorno o lo dejamos tan fuera de nuestras vidas que no nos sentimos involucrados. Y, aunque el reclamo mundial se dirige a que los países ricos y mayores contaminantes reduzcan la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero, desde nuestra vida cotidiana podemos proteger más al planeta y Salvar el clima, como reza el imperativo de hoy día.
Tengo el convencimiento de que la preocupación por los asuntos de corte ambientalista nos convierte en personas más solidarias y menos egoístas. Si comprendemos que nuestra conducta en el presente puede comprometer el futuro, iríamos más allá de dejarles un bien material a nuestros hijos para intentar legarles un entorno saludable.
En Las Tunas, a unos 700 km al este de La Habana, la sequía sigue siendo el evento natural más dañino y silencioso. La pérdida de cosechas agrícolas tiene una incidencia directa en la alimentación de cada uno de nosotros y obvia decir la relevancia del agua para las actividades de la vida. Muchos campesinos, sobre todo de la zona norte tunera, aprenden a convivir con sus efectos al sembrar especies resistentes a tales efectos, estar al tanto de las precipitaciones y no aplicar sustancias agresivas al suelo.
La escasez de precipitaciones constituye motivo de desvelo para muchos, entendidos o no. Y la realidad nos impone el desafío de conservar los recursos naturales que tenemos. Esta temática, entre otras muchas relacionadas con la probabilidad de que aumente la temperatura media en la Tierra, es la razón de que Salvar el clima se convierta en el imperativo que convoca por estos días en el balneario mexicano de Cancún a políticos, activistas, organizaciones ecologistas… en la Cumbre de Cambio Climático.
Las predicciones de sequías y huracanes más intensos, la incidencia de la superficie boscosa en reducir el dióxido de carbono, la reducción de las reservas hídricas, constituyen motivos suficientes para sentirnos parte desde una conciencia ciudadana.

1 comentario:

Lola dijo...

Yo me siento, Iris, muy implicada en este tema y procuro hacer el menor daño posible a nuestra madre tierra.
Algo me va mal en mi correo pues me da error y no recibo mails.
Me alegra que vuelvas a escribir y poder leerte. Un gran beso Lola