jueves, 23 de agosto de 2012

Las secciones de entretenimiento en los periódicos

Desde el mismísimo surgimiento de los periódicos, se crearon las secciones con la idea de agrupar el contenido y facilitar un orden de lectura, según los intereses del público. En esos inicios, recogían las temáticas relativas al comercio, los avisos, literarias, esquelas mortuorias u otras de acuerdo con la demanda informativa de la época. Pero, también en el principio se seguía la idea de unir lo útil y lo ligero, y fue entonces cuando aparecieron los espacios de entretenimiento. Sobre todo, se incluyeron con la pretensión de conseguir lectores entre los más pobres, para quienes –se suponía- no eran relevantes los restantes contenidos relacionados con discusiones políticas, críticas artísticas, notas de sociedad o los vaivenes de los precios. Fue en la llamada época de oro del periodismo –últimas décadas del siglo XIX y primeras del siglo XX-, cuando se incrementa la tirada de las publicaciones, baja el analfabetismo y las clases más populares se convierten en públicos potenciales y reales. Junto con la “prensa seria”, conviven las de tipo “populares y amarillistas”, donde se incluían pasatiempos y caricaturas con apego al entretenimiento y otras manifestaciones de la posteriormente llamada cultura de masas. LA HERENCIA De aquel momento, entre otros elementos, nos quedó la estructura de la prensa moderna con las secciones que conocemos hoy: Deportes, Cultura, Economía, Entretenimiento…, que varían en detalles entre un periódico y otro. Y, de lo cual, Cuba y sus órganos impresos en las provincias, no se escapan. Muchas veces estas secciones necesarias –desde mi punto de vista- dedicadas ex profeso a entretener mientras se instruye, y también viceversa, nacen bajo el signo de la polémica, no de las amplias mayorías de lectores quienes por lo común las agradecen, sino de algunos sectores o grupos de personas en particular. Esto sucede, sobre todo, cuando tales espacios rozan la frivolidad y la prensa del corazón. Los nombres, frecuencia de publicación, número de página donde aparecen y espacio de las secciones de ocio, oscilan entre los periódicos cubanos, al igual que el contenido destinado para ellas. Entre los ejemplos del asunto de marras, al semanario tunero 26 le corresponde la Tinta Fresca, una sección que intenta compartir viñetas de temas actuales de internet, con fotos curiosas y noticias insólitas, además de las Postales Tuneras, con marcado propósito de tratar la historia local. Adelante, de Camagüey, reserva una página cada mes a La Hendija, que lleva en sí una enfática intención literaria; Tribuna, de La Habana, prefiere solo las tiras cómicas; Girón, de Matanzas, opta por Sepa…, una esquina que recoge curiosidades, reseñas de temas locales y humor; mientras ¡Ahora!, de Holguín, destina una página del semanario a las carteleras de cine y TV, caricaturas, canciones y foto del artista, recetas de cocina… Los periódicos, el medio de comunicación más antiguo, han variado notablemente durante su existencia gracias a numerosos factores. Pero, las funciones aun con el progreso tecnológico, son esencialmente similares desde el principio hasta hoy, entre las cuales priman la informativa, la educativa; la formación de opinión y de ideología, y también entretener. Todo depende de la seriedad que le demos a estos derroteros con apego a la verdad. Y, en el caso cubano, el respeto a un público que ha elevado significativamente el nivel de instrucción y la cultura.

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