martes, 26 de enero de 2016

Turismo con naturalidad

La contaminación ambiental, el ruido y la vida agitada de las ciudades obliga a que cada vez más humanos se acerquen a la naturaleza, en busca del añorado descanso y de aire puro, en lo que se ha dado en llamar Turismo de Naturaleza.
En Las Tunas existen áreas y senderos registrados para promover el ecoturismo. Pero más recientemente esta modalidad se combina con la de turismo rural o agroturismo que conduce a los vacacionistas por áreas campestres y les permite entrar en contacto con la vida cotidiana del campesino, sus costumbres y tradiciones.
El alto potencial de recursos naturales y las atracciones novedosas dan un toque de autenticidad al entorno natural del territorio, donde en cualquier paraje puede desarrollarse la observación de avifauna, el senderismo y, en otros, el turismo de aventura.
Estas particularidades han abierto oportunidades para diversificar el mercado y, además de consolidar a Canadá como principal país emisor, se han unido Francia, Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos.
La diversidad de paisajes vírgenes existentes en Cuba constituye hoy un atractivo para los casi tres millones de vacacionistas foráneos que nos visitan cada año. El Valle de Viñales, en Pinar del Río, declarado por la UNESCO Paisaje Cultural; la Reserva de la Biosfera de la Ciénaga de Zapata, en Matanzas, sobresalen entre las ofertas para los turistas, aunque no son las únicas.
Sin embargo, esta manera de hacer la estancia en Cuba requiere, como otras, la capacitación del personal en contacto con los visitantes foráneos. Para que de esa manera se pueda sugerir espacios para la relajación, la contemplación. Pues, la escasa cultura ambiental puede menguar la orientación de lo que pudiera ser una atracción turística. O, quizás debamos aprender más cada uno de los habitantes de este archipiélago acerca de sus valores naturales que, unidos a la seguridad ciudadana y la idiosincrasia local, constituyen nuestros tesoros intangibles.

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