viernes, 27 de junio de 2008

Mi vida en un periódico de 30 años

Cuando estudias en la Universidad sueñas en grande. Los futuros médicos, en descubrir la cura del cáncer, del Alzheimer…; en Arquitectura, seguir a Niemeyer; en el Periodismo, más que todo ser leída o reconocida desde la pantalla de un televisor o entrevistar a personalidades como Fidel. Ya desde esa época se ensayan las posibles preguntas para no perder tiempo si coincidimos en algún lugar con García Márquez.
Una vez graduada “aterrizas” con que no trabajarás en un gran medio y “seguirás” al Gabo solo desde las noticias o los libros en los anaqueles. Pero, si amas la profesión, cada día despertarás feliz por ejercerla y te conformarás con la dicha de hacer lo que te gusta, a diferencia de tantos y tantos frustrados por ahí que anhelan lo que no son o sueñan con lo que ya no serán. También apreciarás que el “vidrio” no es el medio de medios; que la radio tiene sus encantos y que el periódico no quedará atrás por Internet, mientras, aun los “ciberfanáticos”, busquen en las páginas amarillentas la historia, la consulta, el recuerdo, la fuente informativa…
Pensar así se lo debo en buena parte al Periódico 26, el semanario que con 35 mil ejemplares intenta seguir el pulso de Las Tunas, una provincia de 500 mil habitantes. Allí (aquí) llegué en 1996 tras dos años de Servicio Social en Radio Bayamo, en la vecina provincia de Granma donde nací. En esa época, el Semanario era apenas 4 páginas, impresas con una tecnología obsoleta, donde las fotos a veces eran casi una mancha. Pero, el alto número de seguidores de la publicación, quienes buscan una suscripción o hacen colas en los estanquillos, siguen siendo un alentador termómetro para trabajar.
Cuando llegué aprecié gratamente el prestigio de esta publicación entre la gente. Frases como “salió en 26”, “lo leí en el Periódico”, etc., constituyeron para mí una mayor responsabilidad a la hora de escribir. El apego a la verdad, el seguimiento a los temas y permanecer cerca de lo que piensa el ciudadano de a pie, siguen siendo mi meta de cada día.
Ya 26 tiene 30 años. Y me sorprendo porque en su redacción permanezcan fundadores, empeñados en mantener la frescura en el lenguaje y a tono con las tecnologías y los tiempos que corren. Sin embargo, el mayor mérito será el sentido de pertenencia de su colectivo y la profesionalidad con que los colegas de otros medios lo valoran. También, la permanente búsqueda de un Periodismo revolucionario cada día más fiel a la realidad.
Las nuevas generaciones de periodistas igual reconocen ese compromiso, más allá del gran sueño de un estudiante universitario que un día fuimos, comprendemos el significado del día a día y el estado de gracia (casi vanidad) por ejercer “el mejor oficio del mundo”, por hacer lo que nos gusta y que encima nos pagan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante referencia acerca de tus origenes. Creo que tienes una buena página. La mía, aun carente de muchos atractivos también existe, te recomiendo que accedas a la misma. Como anónimo que soy no me identifico, solo ve a google y busca LA ESQUINA BAYAMESA.
Saludos desde la vecina provincia.

Anónimo dijo...

Iris te saludo por esta iniciativa. Puedes tener la seguridad de que estaré atento a tus publicaciones.