Poco a poco en Las Tunas se retoma el lenguaje escolar; los niños, adolescentes y jóvenes regresan a las aulas para continuar estudios. Tras el paso del huracán Ike, responsable de la destrucción de decenas de centros, la provincia se recupera y, con ella, el curso académico.
Muchas de las escuelas que quedaron en pie sirvieron de resguardo para los miles de evacuados del territorio. Algunas improvisaron albergues y hasta comedores para la gente que llegó desde sitios más vulnerables.Este es sin dudas uno de los sectores más golpeados por el fenómeno meteorológico, la cristalería colapsó en muchos sitios y en otros únicamente sobrevivió el busto martiano. Entre las medidas preventivas en espera del huracán se protegieron computadoras, televisores y vídeos de los programas educativos.
Después de la convocatoria e incorporación de las familias, los profesores, los propios estudiantes y la comunidad a la recuperación, algunas escuelas abrieron sus puertas y se espera que antes del próximo día 27 los más de 160 mil alumnos previstos ocupen sus pupitres. En ello se incluyen los círculos infantiles para propiciar que las madres trabajadoras también participen en las labores que hoy se acometen.
La estrategia por seguir en estas circunstancias se relaciona con la adaptación de locales o la impartición de las clases en lugares de la comunidad que así lo permitan para evitar mayor atraso en la docencia. Los colectivos de trabajadores contribuyen a rehabilitar los planteles. Paulatinamente, Las Tunas vuelve a la normalidad y, con ella, los estudiantes aportan colorido y alegría a las calles.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario