Pero, guárdame el secreto, por favor. El asunto es que en mi entorno mucha gente cree que acudir a los gimnasios o correr con sistematicidad significa cierta frivolidad, afán por lucir como las muchachas de las pasarelas y las revistas de moda. Bueno, a cualquiera le gustaría mostrar una figura así y no tener que sudar, además de comer los alimentos proscritos a las personas con sobrepeso. Ese no es mi pretexto. Tengo espejo en casa. Más que cambiar la talla de la ropa hacia alguna inferior, prefiero que me sirva lo que tengo en el escaparate.
Aun con un alto nivel de instrucción y de información en cuestiones de salud, en Cuba es muy difícil y complicado cambiar hábitos alimentarios seculares. La fuerte presencia china en la primera mitad del siglo pasado no logró hacernos atractiva la diversidad de verduras. Pudieron más las restantes influencias para preferir aquí las comidas fritas, abundantes en grasas, las bebidas dulces...
Para colmo de males, los huracanes insisten en acabar con el verde de nuestros campos. Cada uno de los ciclones tropicales de agosto a la fecha han desaparecido las frutas y las verduras. La carne a nuestro alcance generalmente es la de cerdo. Y en nuestros platos no puede faltar el arroz y muchas veces los frijoles. Combinaciones letales. Lo sabemos. ¿Qué hacer entonces? Lo más económico: ejercicios físicos... mientras se pueda.
1 comentario:
Jajaja.. ay Iris... " no es fácil" Todas hemos pasado por esa etapa de ir al gimnasio . Se empieza con muchas ganas y luego..Cada año nos prometemos dejar de fumar, hacer ejercicio, comer verdurita..Si, la vida sana es estupenda pero que cansancio..mi hermana!.Animo y sé constante. A por un cuerpo de top model!Besos
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