domingo, 9 de noviembre de 2008

Después de Paloma, ¿la calma?

Todavía aguardamos por imágenes que nos acerquen a Guayabal, el pueblo marino de Amancio, al sur de Las Tunas, cercano al punto por donde tocó tierra el huracán Paloma (categoría 3). En la ciudad cabecera ya hace sol, como cualquier domingo. Pero, no pierdo la oportunidad de compartir lo que dejó el meteoro en Santa Cruz del Sur, en Camagüey. Creo que todos los televidentes apostados en espera de las noticias tras el aleteo del ciclón se quedaron con el corazón estrujado con lo que acabamos de ver.
Teléfonos, televisores, lavadoras, ollas, platos, cucharas, bicicletas pequeñas, ropa, sillones, colchones, fogones, mascotas... Todo eso aparece regado por la Playa, en ese municipio, el asentamiento costero que apareció en la tv. Propiedades conseguidas con el esfuerzo de cada día, de pescadores o no, y ahora despojos incompletos sin nombre, sin forma, sin dueño.
Techos desplomados completos sobre las paredes que no los sostuvieron; viviendas fuertes donde se nota que el mar abrió, entró y dejó las puertas de par en par; amasijos de madera, tejas criollas, bloques, tejas de cinc, muchas de ellas seguramente con el olor a nuevo por la reposición tras "Ike". Quizás más triste que eso, sea el hecho de que sus propietarios todavía en los centros de evacuación no han regresado a lo que dejaron como sus casas. No saben lo que les espera.
Algunas personas que quedaron allí para cuidar, vieron (o sintieron) impotentes como el mar barría furioso, frenético, con una fuerza que ni siquiera los vientos o la lluvia podían igualar, y llevaba consigo o dejaba por doquier el patrimonio, los recuerdos de quienes tendrán ahora que superar el momento y seguir.

1 comentario:

Eliolibre dijo...

Saludos desde mi Italia herida de su gobierno criminal, a Cuba mi segunda patria querida. Pronto yo me voy a jubilar, mi esposa cubana tambien y vamos a vivir en Cuba. Quiero disfrutar de su belleza y de su pueblo tan lindo.
Hasta pronto.