martes, 4 de noviembre de 2008

Una jornada singular

Las redacciones de los medios de comunicación están de guardia en diversas latitudes, apuesto a que con titulares preparados ya, en espera de quién vencerá en las elecciones de Estados Unidos. Algunas noticias se abren paso para dar cobertura a la solicitud de asilo político de un hijo de Bin Laden en España. En La Habana sigue el Festival Internacional de Ballet y cientos de médicos, estudiantes de la Escuela Latinoamericana de Medicina y periodistas que han seguido el trabajo de internacionalistas cubanos del sector, se reúnen en el Palacio de Convenciones para contar experiencias, honrar y seguir adelante. Para millones de terrícolas este día es como otro cualquiera o singular por distintas razones.
En estos momentos, llueve en Las Tunas, tras una etapa seca después del paso del huracán Ike. Los daminificados han ido recuperando los principales servicios, la vida retorna a la normalidad, todos los alumnos se incorporaron a la docencia; aunque quedan cubiertas de viviendas sin reponer y los agricultores se apuren para que la tierra arrasada empiece a dar frutos.
Aun con este panorama, los cubanos conversamos en cualquier lugar de espera. Hay quienes se aventuran a pronosticar sobre las elecciones norteamericanas, poniendo las esperanzas en Obama, no sé si por mulato. Otros parecen demasiado ocupados en el día a día y en el suplemento alimentario que llegó a la bodega.
A mi hija mayor, Sofía, le preocupa que se hace de noche muy rápido (por el cambio de hora en Cuba) y está feliz porque su círculo infantil está remozado y recién pintado. Para la menor, Beatriz, solo cuenta el regreso de su papá del breve viaje que lo sacó de su lado hasta mañana.

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