martes, 23 de diciembre de 2008

Cuba, una sola

Desde que tengo uso de razón, he escuchado decirle con burlas a quienes viven en el Centro y el Occidente de Cuba que en el resto del país se habla cantando. Mucho tiempo después me he dado cuenta que este es el menor de los estereotipos que sobre los orientales existen por allá, hasta el punto de que algunas personas oculten su lugar de origen o lo carguen como un sambenito.
Con las etapas más duras que ha atravesado el país, se incrementó la emigración del campo a las ciudades y de las provincias hacia la capital. Encima, el Gobierno se ha visto precisado a llevar a personas a cumplir diversas funciones que los habaneros esquivan o no desean asumir: maestros, policías, constructores, obreros, funcionarios... El asunto se ha complicado desde varios puntos de vista.
Asistir a un encuentro de béisbol entre los equipos de Industriales (Ciudad de La Habana) y Santiago hace lucir a los ocupandes del graderío como lo peor de la fauna agresiva. En particular, en el capitalino Latinoamericano, miles de aficionados locales gritan al unísono improperios a los visitantes y sus seguidores. Luego, los de La Habana hacen insuperables esfuerzos para jugar en los terrenos de otras provincias, cuando la multitud los insulta.
Los comentaristas insisten una y otra vez en llamar a la cordura de la afición y a conservar lo mejor del espíritu deportivo. Pero el entorno poco ayuda. Las ofensas veladas, y abiertas, cobran fuerza en los chistes de mal gusto de los espectáculos de humoristas. Los guionistas carentes de otros recursos apelan a reforzar estereotipos y se ponen de moda los personajes de guajiros mal vestidos y brutos. Hasta en algunos espacios infantiles de la tv comienzan a aparecer.
Para colmo de males, asistimos de brazos cruzados a la aparición frecuente ya de lamentables representaciones de orientales en los dramatizados de la TV. En las últimas telenovelas transmitidas aquí, se ha visto desde una guajira descocada y sin instrucción (Lucrecia, de Oh, La Habana); al bombero inepto y torpe ("el tunero", de Historias de fuego);: a la joven ladronzuela y arribista de una tienda (Mónica, de Polvo en el viento).
Para quienes sostienen estos esquemas, quizás sea un guiño pintoresco, sin malicia y a tono con lo que pasa en la calle, donde es cierto que existen alguno que otro de estos seres, pero con diversos lugares de nacimiento. Y esto no ocurre porque falten figuras paradigmáticas en las artes, el conocimiento, las ciencias, la Historia, de gente nacida al Este de La Habana.
Tal vez aparentemente se les reste importancia para no echar leña al fuego por aquello de "divide y vencerás". Pero, si no se detiene esta práctica, no dudo de que pronto haya que hacer aclaraciones publicas o impulsar campañas para desterrar prejuicios como los del racismo y la homofobia. Es mejor parar antes de que a los recién llegados a "la capital de todos los cubanos" se les comience a culpar también por las penetraciones del mar o la escasa variedad de helados en Coppelia.

2 comentarios:

Reinaldo Cedeño Pineda (EL POLEMISTA) dijo...

MI colega IRIS

Que mqaravilla que estamos conectados en ideas.

YO acabo de publicar un trabajo en la revista "La calle del medio" que se llama EL ARQUETIPO DEL ORIENTAL en la TV CUBANA,q ue coincide mucho vcon lo plnteado ene ste trabajo. LO plante´´e adema´s en la samablea de al UPEC de Santiago de Cuba y en el Congreso de la UNEAC. Hayq ue hacer un frente común. Ojalá puedas leer este trabajo y me digas.

Apoyo ciento por ciento, LA suplantación de Cuba por la Habana, y esa burla auna parte del país que impone miodelos occidentelaes, hay que combatirla y denunciarla, ES un cáncer.

UN gran saludo en este 2009

Anónimo dijo...

Por lo que leo en Cuba también el deporte saca lo mejor y lo peor de cada uno, cuando realmente únicamente debería sacar lo mejor.
El deporte es un forma de convivir que nadie debería olvidar, lo mejor que tiene es cuando aficiones de equipos diferentes se funden para disfrutar del mismo.
Aquí en España es el fútbol, el beisbol no está tan desarrollado o tiene tantos aficionados... si te soy sincero, no sé ni siquiera donde hay campo para jugarlo