Muros y puentes

De las construcciones humanas prefiero los puentes. Creo que son obras donde se puede desplegar mayor creatividad que en otras y sin dudas se convierte en un desafío permanente ante el tiempo, la gravedad, el escepticismo y el talento. Los especialistas en estos temas reconocen la dificultad desde su concepción hasta la ejecución. Y cuesta pensar que los primeros en edificarse, tuvieran algún fin bélico o de conquista. Me quedo con la idea de que surgieron para acercar el horizonte o para imitar el arcoiris. También me gustan por la metáfora de acercar dos orillas, de permitir el cruce, el intercambio y el movimiento constante de un lado al otro.
Por eso no entiendo los muros, y los ignoro salvo cuando exhiben los irreverentes grafitis. Levantar paredes siempre lleva implícito protegernos del peligro, real o inventado; ocultar lo que no queremos compartir, garantizar algún espacio seguro y vivir a la defensiva. Así se han convertido en antónimo de puente.
Por supuesto que este blog no se dedica a la ingeniería civil... ni militar, aunque trato de que ningún tema le sea ajeno. Me gustaría que se convirtiera en un puente, de esos levantados con palabras, de buenas intenciones y pensamiento positivo para el momento en que vivimos, y los que puedan llegar, porque también sobre la esperanza se puede construir.