martes, 6 de octubre de 2009

Besos en tiempos de gripe A


Lo más parecido que hemos conseguido la mayoría de los cubanos a evitar el contagio de cualquier estado gripal, es cumplir con la tradición de no visitar la vivienda donde ha llegado un recién nacido. Y para eso algunas personas ignoran la precaución. Pero, ahora, con la irrupción de la indeseada A H1N1 entre nosotros, el asunto es serio. Cualquier medida para dejarla fuera de casa y evitarla a toda costa, es poca.
Las autoridades de salud insisten en elevar la percepción de riesgo de la gente sobre el peligro que representa esta pandemia. Más allá de lavar constantemente las manos, taparse la boca al toser o estornudar y mantener la higiene del hogar (sugerencias intemporales ante otros brotes de enfermedades), se ha llegado a plantear abiertamente la necesidad de evitar los saludos con besos y apretones de mano, y alejarse de quien muestre síntomas de catarro. ¿Cómo se las pueden arreglar los nacidos en este Archipiélago tan dados a la efusividad? Pues debemos aprender.
En materia de prevención del contagio de los catarros, por llevarlo al plano más común, debemos confesar nuestra incultura. De la misma manera que compartimos un vaso con un enfermo, solemos permanecer en locales cerrados, acudir a todas las actividades y, hasta hablar muy próximo de los otros cuando tenemos gripe. Sin embargo, la seriedad del momento que vivimos obliga a reconsiderar ciertas costumbres en aras de detener el avance de la enfermedad.
Aunque parezcamos exagerados si aislamos los cubiertos de un familiar acatarrado, llevamos encima un vaso para merendar en la calle, evitamos las aglomeraciones, estas constituyen la garantía para no enfermarnos y no llevar el contagio a los niños o a los restantes familiares.
La responsabilidad en estos casos responde a cumplir con el comportamiento recomendado por los especialistas, pero igualmente permanecer en casa si tenemos un certificado médico y no deambular como si estuviéramos de vacaciones.
Las particularidades del nuevo virus radican, además de no tenerse absoluto conocimiento científico de él, en la facilidad para trasmitirse de persona a persona, al ponerse en contacto con las secreciones del enfermo; y la capacidad para que un cuadro catarral desencadene una enfermedad pulmonar grave. Por eso, la insistencia en acudir a los centros de salud cuando aparece fiebre, tos, falta de aire, malestar general, dolor en el pecho y en el cuerpo, e incluso vómitos y diarreas.
Aprender a prevenir el contagio de las infecciones respiratorias agudas, es una enseñanza por incorporar en nuestros hábitos cotidianos a partir de la experiencia actual. Tales medidas no están reñidas con nuestras costumbres como la forma de saludar. Pero, si usted tiene un cuadro gripal creo sus seres allegados y compañeros, le agradecerán privarse de un beso o un apretón de manos… al menos hasta que la Influenza A H1N1 haya pasado a la historia.

2 comentarios:

Lola dijo...

No se porque creo que lo de la gripe A es un medio bluf para asustarnos y que Roche gane el dinero a espuertas.
He visto un video, que voy a publicar pronto,que si fuera verdad es para matarlos a ellos.
De todas maneras, sea la gripe A o la común, debemos tomar muchas precauciones. Un beso de Lola

Iris dijo...

Querida Lola, ojalá sea puro cuento lo de la gripe A. Me asusto por las niñas, de hecho tengo una con catarro, tuvo la temperatura en 37 1/2 y por eso le dieron un certificado médico de 7 días en los que no puede asistir al círculo infantil (guardería) Estamos en casa y ella feliz porque se siente bien. La otra está bien. Por si acaso, extremo los cuidados para que no se complique un simple resfriado. Besos